
EPM y Corantioquia impulsan una iniciativa con la comunidad para el cuidado de estas áreas.
Para los habitantes de Tarazá, Cáceres, Caucasia y Nechí, las ciénagas cercanas al río Cauca tienen un gran significado en sus territorios, ya que estas marcan la vida de sus poblaciones, así como su cultura, saberes y futuro.
Esto se debe también al sinnúmero de especies que habitan las ciénagas; de hecho, estas zonas son claves para que los peces que habitan el río Cauca se puedan reproducir.
“La ciénaga es un espacio muy natural de nosotros. Por ejemplo, el 70% de la comunidad de Palomar vive de la ciénaga, de los peces, de los diferentes materiales que hay ahí, como las plantas que utilizamos medicinalmente. Además, la ciénaga es una vía de acceso para llegar a las veredas y fincas cercanas”, afirma Emilse Guerrero, líderesa del corregimiento de Palomar, en Caucasia.
Por todo lo anterior, es fundamental cuidar estos ecosistemas y su gran biodiversidad. Esa convicción fue precisamente la que impulsó a EPM y Corantioquia a poner en marcha un programa llamado Guardaciénagas.

EPMEl programa.
Guadaciénagas es fruto de una alianza entre EPM, Corantioquia y las comunidades. Su objetivo es mantener una conversación permanente sobre el tema y proteger 53 ciénagas situadas en los municipios de Cáceres, Tarazá, Caucasia y Nechí.
El programa también aporta al fortalecimiento de la soberanía alimentaria y la adopción de prácticas sociales de conservación, mediante proyectos ambientales sostenibles en articulación con las necesidades del territorio.
Igualmente, busca preservar los saberes ancestrales de quienes toda su vida han vivido cerca de las ciénagas y han cuidado de ellas, reafirmándose como nuevos promotores ambientales de estas áreas, que son fuente de vida y sustento para las comunidades ribereñas del Cauca.
Vale la pena anotar que el programa está conformado por una red de 120 líderes que representan 45 comunidades y 75 organizaciones comunitarias productivas del Bajo Cauca.
De hecho, el trabajo mancomunado ha sido fundamental, pues diferentes entidades del territorio han aportado su grano de arena para lograr que estas iniciativas comunitarias se orienten a la protección, recuperación y conservación de ecosistemas estratégicos priorizados por las administraciones municipales.
Justamente, la red y las comunidades han formulado y ejecutado iniciativas comunitarias para la restauración ecológica, el cuidado y la conservación de los sistemas cenagosos del Bajo Cauca.
En el proyecto se han invertido cerca de 5.000 millones de pesos. Estos recursos permiten, además, adelantar iniciativas socioambientales que educan y sensibilizan a las comunidades vecinas. Precisamente, más de 1500 habitantes de la región ya han participado en procesos de educación ambiental.
“Guardaciénagas no solo es la persona que impide que saquen pescados pequeños, sino también aquel que conoce estos ecosistemas, que monta los talleres, que dialoga con las comunidades, que tiene consciencia ecológica y se preocupa por el futuro de su comunidad. Ser Guardaciénagas es querer la ciénaga”, apunta José Vicente Delgado, secretario rural y de medio ambiente de la Alcaldía Municipal de Caucasia.El plan de EPM.
Cabe resaltar que Guardaciénagas es un capítulo más del trabajo que EPM ha estado realizando como parte de del Plan de Acción Específico (PAE).
Este plan es la hoja de ruta de la empresa para trabajar en la recuperación de los municipios de Valdivia, Tarazá, Cáceres, Caucasia y Nechí, ubicados aguas abajo del Proyecto Hidroituango.
Durante los últimos cuatro años, EPM ha hecho inversiones cercanas a los 235.000 millones de pesos para la implementación del PAE. Además, para las cuencas media y baja del río Cauca, ha establecido más de 11 convenios ambientales con autoridades, entidades, universidades y ONG de reconocida trayectoria en el país.
Así pues, se ha trabajado con entidades como la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad de Córdoba, la Universidad de Antioquia, la Fundación Humedales, el Parque Explora, la Universidad Nacional, Corantioquia, entre otras.
Es un trabajo que valoran altamente las comunidades, quienes trabajan día a día para que este proceso perdure y siga teniendo un impacto positivo tanto para las ciénagas como para los habitantes de zonas cercanas.
“Invito a las nuevas generaciones a crear conciencia de conservación, ya que son ellas las que van a ser beneficiadas en un futuro de la riqueza y la biodiversidad que tenemos en el territorio de Bajo Cauca", manifiesta Emilse Guerrero, líderesa del corregimiento de Palomar.