
En energía, las tarifas son libres.
Mercados de Air-e, Emcali, Tuluá, Afinia y Celsia Tolima, con las mayores alzas del kilovatio hora.
En el último año, de mayo de 2021 hasta abril del 2022, de la inflación anualizada del 9,23 por ciento que reportó el Dane, los aumentos en el costo del servicio de la energía eléctrica aportaron 0,46 puntos porcentuales a esa variación, convirtiéndose en el tercer grupo de gasto que más afectó el costo de vida los colombianos, después de las comidas fuera del hogar y del transporte, así como de la carne de res, que en conjunto aportaron 1,66 puntos porcentuales.
En ese mismo período, de acuerdo con las estadísticas oficiales, los precios de la electricidad han subido 14,94 por ciento y solamente entre enero y abril la variación del costo de este servicio público a los hogares fue del 8,15 por ciento, casi una vez y media por encima de la inflación acumulada en cuatro meses.
Independientemente del nivel de consumo, que en las zonas cálidas como la región Caribe es más alto, un informe de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (Superservicios), con corte a abril pasado y conocido por EL TIEMPO, muestra en detalle en cuáles mercados es que ha subido más el costo del kilovatio entre mayo de 2021 y abril de 2022 para un usuario de estrato 4 (no reciben subsidios ni pagan contribuciones), y en qué zonas se está cobrando más caro cada kilovatio al usuario final.
Incrementos que en todo caso han sido menores de lo que indican los componentes del costo unitario de prestación del servicio, ya que la gran mayoría de las empresas vienen aplicando la llamada opción tarifaria, que consiste en no cobrar en un momento dado lo que deberían, con el fin de generar un impacto menor en el bolsillo de los usuarios, y ese saldo lo llevan acumulado para poderlo cargar más adelante.
A Flourish chartMayores alzas.
De acuerdo con el documento, en abril de 2022 el mayor aumento del kilovatio lo registró la empresa Air-e, que atiende los mercados de Atlántico, Magdalena y La Guajira, ya que pasó a tener una tarifa al usuario final de 759,46 pesos por kilovatio, cifra que frente a los 561,79 pesos registrados en mayo de 2021 representa un aumento del 35,2 por ciento.
La segunda variación más alta se vio en la Empresa de Servicios Municipales de Cali, que facturó en abril cada kilovatio a 769,56 pesos, es decir un 29,2 por ciento más que en mayo de 2021; seguida por la Compañía de Electricidad de Tuluá, en la que el costo del kilovatio subió 21,9 por ciento al pasar de 586,03 pesos en mayo del año pasado a 714,51 pesos en abril del 2022.
El cuarto lugar en las alzas del precio de la energía lo reporta Afinia, filial del Grupo EPM y que atiende principalmente los mercados de la costa de Córdoba, Sucre, Bolívar y Cesar, al registrar un aumento del 21,7 por ciento, toda vez que el kilovatio pasó de 574,69 pesos en el quinto mes del 2021 a 699,14 pesos.
El reporte de la Superservicios muestra que, al usar la opción tarifaria, Air-e dejó de cobrar 167,7 pesos por kilovatio, Afinia 198,98 pesos, y Celsia Tolima 182,47 pesos frente a lo que marcaban sus costos unitarios de prestación del servicio.
Precisamente esta última empresa registra el quinto aumento más alto del kilovatio, cuyo valor pasó de 637,09 pesos a 767,49 pesos, para un alza de 20,5 por ciento.
Fuentes del sector eléctrico explican que, en el caso de los dos operadores de la región Caribe, el uso de la opción tarifaria para no afectar de forma plena a los clientes les puede representar solamente en mayo entre 50.000 y 60.000 millones de pesos a cada una las dos empresas.
Razones del aumento.
Al revisar el detalle de lo que han facturado los diferentes operadores del país en el último año, según el reporte de la Superservicios, hay dos razones principales que están pesando en las alzas. Una explicación general son las restricciones, es decir los costos de la generación más costosa que debió utilizarse para que el Sistema de Transmisión Nacional opere de manera segura y/o por las limitaciones de su red.
Y una razón específica es el componente de pérdidas de energía, que se concentra en los dos operadores de la región Caribe, y que es un rubro que la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) les permite cobrar en la tarifa, debido a que se comprometieron a hacer inversiones para mejorar la calidad del servicio. Si no las hacen, dicho valor lo deben devolver a los clientes, vía descuentos en la factura.
En abril del 2022 los costos de generación y distribución pesaron en promedio el 71 por ciento en los costos unitarios de prestación del servicio de los 28 operadores que detalla el reporte del organismo de control y en los mercados de Bogotá y Cundinamarca; Antioquia; el Valle y Santander los rubros que más pesaron fueron los cargos de distribución y generación, seguidos por las restricciones.
En promedio, en estas cinco áreas de servicio el costo unitario del kilovatio subió en 105,9 pesos, de los cuales 41 pesos correspondieron a la distribución, 33,59 pesos a la generación de energía y 13,16 pesos a las restricciones, variable que subió 65,6 por ciento para los clientes de estos mercados.
En el caso de los operadores de la región Caribe, el mayor peso en los aumentos del costo unitario de prestación del servicio lo han tenido las pérdidas que les permite facturar la regulación.
Así, mientras que en el caso de Afinia en el aumento de 339,4 pesos por kilovatio observado en abril del 2022 frente a mayo del 2021, el 52,2 por ciento, es decir 177,5 pesos correspondió a pérdidas, seguido por el costo de la generación (18,5 % del aumento). Hace un año por pérdidas esa empresa solo podía facturar 41 pesos por kilovatio y en abril cobró 218 pesos.
En el caso de Air-e, de los 365,4 pesos de aumento del costo unitario del kilovatio en abril de 2022 frente a mayo de 2021, casi el 65 por ciento correspondió a pérdidas (236,96 pesos), y 56,95 pesos (15,6 por ciento) a la generación. Hace un año, las pérdidas dentro del costo unitario de esta empresa eran de 41,21 pesos por kilovatio y en abril de este año fueron de 278,17 pesos.
Entre más alzas, más subsidios hay que dar.
La Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales (Asoenergía), instó al Ministerio de Minas y Energía; a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) y a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios a tomar medidas que controlen el alza de los precios de la energía en Colombia.
Según la agremiación, estos reajustes están afectando el nivel de los subsidios que el Gobierno entrega a las familias y que de acuerdo con la creciente situación inflacionaria afecta de manera directa indicadores que en la actualidad son indexadores de las tarifas eléctricas.
Sandra Fonseca, director Ejecutiva de Asoenergía, señaló que con el aumento en el costo del gas importado que usan algunas térmicas, y el desbalance y altos costos del carbón, se refleja un crecimiento del componente de generación en la tarifa final del servicio.
“El panorama desalentador refleja no solo esta realidad de nivel de precios de energéticos, sino las brechas existentes en la metodología de indexación (IPP) en el cobro en las facturas que son emitidas a los usuarios; con indexadores que son alejados a la realidad de la variación de costos de la cadena del sector eléctrico”, indicó.
Además, denunció un incremento alto y significativo en el precio de la bolsa de energía que se ha mantenido desde noviembre de 2021, bajo condiciones que no lo justifican, pues los embalses se mantenían altos y constantes y los pronósticos del clima no reflejan un fenómeno del niño que afecte las ofertas de las hidroeléctricas.
“Sin embargo, no existe respuesta alguna por parte de entidades como la Superservicios, el Ministerio de Minas y Energía o la CREG”, destacó.
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